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miércoles, 21 de mayo de 2014

Ronin, de Francisco Narla




Sinopsis:



Año del Señor de 1600. Japón hierve en una eterna guerra civil. Los señores feudales alternan alianzas y traiciones en un juego de estrategia en el que cada uno de ellos trata de hacerse con el gobierno absoluto del país de los dioses.


La fortaleza de Fushimi no soportará el asedio y el samurái Saigō Hayabusa está dispuesto a sajarse el vientre sin una mueca de dolor, sin emitir queja alguna. Sin embargo, la misión que le ha reservado su señor requerirá un sacrificio mucho mayor que la muerte.

La corona española vive un momento de máxima expansión territorial, pero Felipe III, rey débil y hedonista, ha dejado la corte en manos del duque de Lerma, quien entre corruptelas y nepotismo está empobreciendo el país y resquebrajando los cimientos imperiales. Dámaso Hernández de Castro, curtido en las campañas de Flandes, se prepara para partir hacia las Indias Orientales y ponerse al servicio del juez de la Audiencia de Manila. Ha de suplir con méritos su insuficiente alcurnia si quiere aspirar a la mano de su amada, la menina Constanza de Accioli. Pronto descubrirá que alguien ha disfrazado de oportunidad lo que en realidad es una trampa.


Opinión Personal:


Lo primero que me llamó la atención de esta novela era el tema que trataba, un hecho histórico apenas conocido por los lectores y del que se cumplen cuatrocientos años: la expedición de Hasekura Tsunenaga, un samurai japonés que prestó servicios al daimyo de la ciudad japonesa de Sendai, Date Masamune, a fin de establecer una relación comercial y solicitar el envío de misioneros cristianos. Una misión que embarcaba hacia Europa en una nao de estilo occidental. Hasekura Tsunenaga desembarcó primero en la ciudad de Acapulco (México) cruzando el Océano Pacífico, con un galeón español, y luego se dirigió hacia Europa visitando Madrid y Roma convirtiéndose así en el primer japonés que cruzó el océano atlántico. La misión japonesa comandanda por Hasekura, en audiencia del rey Relipe III de España, le trajo una carta de Date Masamune ofreciéndole un tratado. El Rey le respondió que haría lo posible para cumplir sus peticiones.

Tras la publicación de Assur, personaje principal e inolvidable entre quienes le acompañamos en su recorrido vital a través de las cerca de mil páginas que da título a la primera novela de ficción histórica escrita por Francisco Narla (Lugo, 1978), me embarqué, y nunca mejor dicho, en la nueva propuesta literaria del escritor lucense: Ronin, la leyenda del samurai azotado por el viento. Una novela que a medida que avanzaba en su lectura me iba abstrayendo en su historia y haciéndome olvidar del carismático personaje ya mencionado.

De nuevo nos encontramos con una novela en donde la historia y la aventura van cogidas de la mano. En esta ocasión nos trasladamos al siglo XVII, en donde seremos testigos de la decadencia del Imperio Español bajo el reinado de Felipe III, un monarca que gustaba más de la caza y el lujo, delegando en su valido, el duque de Lerma, los asuntos de gobierno, un hombre que se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar el tráfico de influencias, la corrupción y la venta de cargos públicos. Corrupción que extenderá sus tentáculos a ciudades como Manila, a donde había sido enviado Antonio de Morga, para trabajar estrechamente con el gobernador de Filipinas pero los escándalos económicos que salieron a la luz lo llegaron a degradar a oidor de Manila y posteriormente desempeñaría cargos en Nueva España y Perú.

Paralelamente, visitaremos, el país de los dioses, Japón, en donde Toyotomi Hideyosi, el shogun que gobernaba de facto el país, decidió retirarse y nombrar un Consejo de Regencia que velara por los intereses de su hijo para sucederle. Pero, tras el fallecimiento de este, esta alianza se debilitó y sumió al país en guerras civiles.

Estos antecedentes históricos que tenían lugar en el país del sol naciente eran contados a Saigo, el protagonista de esta novela, por su señor feudal, Torii Mototada, mientras disputaban una partida en un tablero de go -juego estratégico, entre dos jugadores que, alternativamente, colocan piedras negras y blancas. El objetivo del juego es controlar una porción más grande del tablero que el oponente-, al mismo tiempo que el castillo de Fushimi era asediado por las tropas del magistrado Ishida Mitshurani. Saigo debe cumplir la misión que le encomienda su señor y no se le permite cometer seppuku porque debe de encontrar al traidor que había logrado pasar información a los enemigos de su daimyo, Tokugawa Iegasu, poniendo a su alcance las armas de los forasteros. Se había convertido en un paria, en un hombre de las olas.

Junto a Saigo nos encontraremos con otro personaje, Dámaso, de origen gallego, un antiguo furriel de los Tercios de Flandes, que vio cómo su amigo de la infancia, Hortuño de Andrade, le había prometido un destino en el que poder labrarse un futuro que podría compartir con la persona que más amaba, la menina de la reina Margarita, Constanza de Accioli. Ambos habían servido con lealtad a sus respectivos señores y el destino haría que se encontraran y hallaran juntos el fin que perseguían: venganza y recuperar el honor perdido. Habían sido mancillados por la traición de unos y la avaricia de otros.

Ronin está configurada como si de una partida de go se tratara, pues está estructurada en once magaris titulados, dividido cada uno de ellos en capítulos de corta extensión, en los que un narrador omnisciente nos va relatando lo que ocurre en los diversos escenarios. Una concienzuda labor de documentación, en donde tienen cabida las licencias que habitualmente se toma el escritor, como bien explica en la nota final, nos recrea la época en la que se mueven los personajes. El hecho de que nos traslademos de unos escenarios a otros dota a la narración de dinamismo y la corta extensión de los capítulos nos invita a seguir leyendo.

Hay que destacar también el lenguaje con el que se relata la historia. Un lenguaje cuidado, rico en matices, pues así podemos disfrutar mejor de las escenas descritas por Francisco Narla. Prácticamente podemos imaginarnos cada gesto, cada movimiento de los personajes, los pequeños documentales que nos ofrece sobre la naturaleza y los seres que la pueblan – magnífica descripción de un evento que ya es ancestral en Japón, como es la pelea de arañas sobre una vara de madera- , de los sabores y aromas que encontraremos a lo largo de sus páginas y de la cultura y forma de vida del país de los dioses.

Esa labor de documentación nos permite que podamos viajar en el tiempo e imaginarnos que, por un momento, revivimos el siglo XVII, conocemos los dominios del vasto Imperio Español, desde las Indias Orientales hasta las Occidentales, visitando Manila, Ciudad de los Reyes, Ciudad de México, Puerto de la Vera Cruz, sin olvidarnos de Sevilla, Madrid, Kyoto o Sendai. Seremos testigos del hundimiento del San Diego, un galeón que formaba parte de los llamados galeones de Manila, como consecuencia del enfrentamiento con los navíos holandeses Eendracht, Hope y Mauritius, comandados por Olivier van Noort o de la batalla de Sekigahara. En Sevilla me fascinó la descripción de una escena de capa y espada que tiene lugar en Triana, ya cayendo la noche, con el llanto de un niño de fondo, mientras dura la misma.

Eran tiempos de crisis, la decadencia del Imperio era palpable; se imponen más impuestos directos e indirectos a pagar para sufragar las maltrechas arcas de la corona. Unos impuestos que recaían en el pueblo llano, pues tanto la nobleza como el clero tenía privilegios, entre ellos, la exención del pago de tributos. Así, nos encontramos con una nobleza y clero que vive entre la opulencia y el lujo y otros, el pueblo llano, vivían en la miseria. En algunos pasajes de esta novela veremos cómo soldados que habían prestado servicio en Flandes en su lucha contra los orangistas ahora mendigaban por las calles pidiendo una mísera limosna, sin olvidarnos de personajes que luego se verían reflejadas en las obras de los grandes autores que dio el llamado Siglo de Oro, como eran los ladronzuelos, los galopines y demás ralea que acudían a sus artes para apoderarse de lo ajeno.

En Ronin nos encontramos con un gran mosaico de personajes trazados de tal forma que parecen cobrar vida propia. Son muchos, quizás sí, pero, de esta forma, conoceremos los estamentos que conformaban la sociedad de la época, de dos mundos distintos y distantes, de dos culturas muy diferentes, como eran la japonesa y la española. Personajes de ficción se cruzarán con otros tanto históricos en las tramas y subtramas que conforman la novela.

Creo que Francisco Narla nos ha vuelto a sorprender con una historia compleja pero que supo ganarse a quienes ya han disfrutado de este voluminoso trabajo, tanto por la cantidad de páginas que abarca la misma como la calidad y la entrega que hay en ella para ofrecernos una historia entretenida sobre un hecho ocurrido hace cuatro siglos. Solo me queda recomendar su lectura.


El autor:


Francisco Narla (Lugo, 1978) es escritor y comandante de línea aérea. A pesar de su juventud, a lo largo de su ya extensa carrera literaria, se ha atrevido con todos los géneros. Ha publicado novela, relatos, poesía, ensayos técnicos y artículos, estos últimos relacionados fundamentalmente con su profesión, pero también con sus aficiones y filias, entre las que encontramos actividades tan dispares como los bonsáis, el tiro con arco, la pesca con mosca o la cocina. Polifacético donde los haya, Francisco Narla ejerce también como orador. Así, ha participado en diferentes foros, como centros universitarios o programas de radio y televisión (Cuarto milenio, El guardián de la noche o Milenio)....


Datos técnicos:

Título: Ronin

Autor: Francisco Narla

Editorial: Temas de Hoy (Grupo Planeta)

Fecha de publicación: 07/11/2013

ISBN: 978-84-9998-332-5

Idioma: Español

864 páginas

Presentación: Tapa dura con sobrecubierta

Fuentes: sinopsis, fotografía del autor y datos técnicos, tomados de Planetadelibros.com; imágenes de Hasekura Tsunenaga, Antonio de Morga, Galeón San Diego, tablero de go y Palacio Real de Madrid, tomadas de google imágenes.

Gracias a la Agencia Albardonedo por facilitarme el ejemplar de la novela para su reseña.





27 comentarios:

  1. Otra obra de ingenieria magnifica del Sr Don Francisco Narla

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  2. Un autor al que le tengo muchísimas ganas. Aunque sus novelas me infunden respeto por el tamaño, todos coincidís en afirmar que valen la pena, así que supongo que algún día me pondré a ello.

    Un abrazote.

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  3. Tengo pendientes los dos títulos, espero hacerles hueco pronto, pero su extensión me echa un poco para atrás

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  4. Ya lo tengo apuntado, aunque para más adelante, besotes

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  5. La leí hace unos meses y coincido con tus impresiones y recomendación, también disfruté mucho con ella
    Besos

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  6. Creo que no es novela para mí. La temática no está entre mis favoritas.

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  7. Esta mejor la primera novela Assur, Ronin se hace un poco pesada

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  8. No suelo leer mucha novela histórica, pero Assur tuvo muy buenas críticas y creo que Ronin no se queda atrás. Tendré que leerlas ;-)

    Un saludo.

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  9. Qué ganas le tengo a este libro. Seguro que no lo dejo pasar mucho más.

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  10. Assur me gustó muchísimo y este sin duda pasará por mi estantería,pero es tan tocho y tengo tanto pendiente....Un saludo

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  11. A Narla lo tengo apuntadísimo en mi lista de pendientes. A ver si consigo hacerle hueco pronto porque este autor bien lo merece. No sé si empezaré por "Assur" o por este "Ronin" que hoy nos traes. Saludos!!

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  12. Lo tengo en casa, creo que lo voy a leer en las vacaciones.
    Un beso!

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  13. Paco la tengo en casa. Llegó hace poco pero porque la pidió mi marido a Círculo... Aún no la hemos leído. Creo que es una novela que requiere el momento apropiado pero sí aprovecharé ahora que viene a la feria del libro para que me la firme. Besos

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  14. Hace relativamente poco leí Assur y me gustó mucho la forma de narrar que tiene Francisco Narla, como ya tengo este en mi poder, es cuestión de tiempo que lo lea. Besos.

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  15. Tengo pendiente Assur y si me gusta, probaré con éste.

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  16. Me ocurre lo mismo que a Leira, tengo dando vueltas Assur. De esta he leído opiniones muy diferentes, después de Assur si leo esta será con alguna prevención.
    Un saludo.

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  17. Leí este libro en febrero y me gustó muchísimo: la verdad es que el autor escribe de una manera que engancha y la historia está muy bien documentada. Tengo pendiente hacer la reseña, pero es que con los libros que me gustan tanto me lo pienso y repienso! 1beso!

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  18. Tengo pendiente leer a este autor por todas las opiniones positivas pero no se si con este o con su anterior titulo, un beso

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  19. Totalmente de acuerdo con tu análisis, las novelas de Francisco merecen la pena el tiempo empleado en su lectura,
    saludos

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  20. Ya sabes que no leo mucho de este género, pero este autor me llama desde hace tiempo, con su anterior libro y con este. Me gusta lo que cuentas, asi que es posible que lo lea. Un beso!

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  21. Tengo aún pendiente Assur en la estantería. Y si me gusta, luego caerá seguro ésta.
    Besotes!!!

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  22. La estoy leyendo en este momento. La verdad es que voy despacio porque ando bastante cansada últimamente, pero es una gozada leer de nuevo a Francisco Narla, aunque sean voluminosas, la historia y la forma de ser contada valen el "esfuerzo". Abrazos

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  23. Tengo al autor pendiente, a ver cuando me pongo con él

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  24. Yo también tengo pendiente leer algo de este autor, pero me llama más "Assur". Un beso

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  25. Tengo en casa Assur, con muchas ganas de leerlo =)

    Besotes

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  26. Lo tengo pendiente hace tiempo en el ebook. A ver cuando le hago hueco porque cada vez que leo una reseña me dan ganas.

    Bs.

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  27. La cultura japonesa me atrae pero reconozco que el considerable número de páginas me echa para atrás. Por tu reseña entiendo que es una novela muy visual, me ha "picado" la curiosidad esa pelea de arañas.

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