lunes, 7 de mayo de 2012

La Novena Sinfonía, Patrimonio de la Humanidad




Quiero empezar la semana con esta entrada musical. ¿Quién no la ha tarareado alguna vez?. Es la madre de todas las sinfonías, es la sinfonía del «sordo genial». La conocida popularmente como el «Himno de la Alegría». Una adaptación de la sinfonía, realizada por Herbert von Karajan es, desde 1972, el himno de la Unión Europea (UE) y el 12 de enero de 2003 ingresa en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

En 1817 la sociedad filarmónica de Londres encargó la composición de la sinfonía. Beethoven comenzó a componerla en 1818 y finalizó su composición a principios de 1824. Sin embargo, tanto la parte coral como las notas de la sinfonía disponen de fuentes para datarlas en un momento temprano en la carrera de Beethoven.
 El poema de Friedrich Schiller An die Freude (noviembre 1785), traducido como A la Alegría, y conocido como Oda a la alegría que Schiller publicó en 1786 en la primera versión y en 1808 en la versión definitiva, provocó en Beethoven la intención de musicalizarlo ya desde 1793 cuando tenía 22 años.

El 7 de mayo de 1824 se estrenaba quizás una de las piezas musicales más famosas que un compositor haya creado hasta nuestros días: La novena sinfonía, Op. 125 en re menor, de Ludwig van Beethoven ((Bonn, Sacro Imperio Romano Germánico, 16 de iembre de 1770, Viena, Imperio austríaco, 26 de marzo de 1827) en el Kärntnertortheater de Viena, junto con la obertura de Die Weihe des Hauses y las tres primeras partes de la Missa Solemnis.

Beethoven estaba ansioso por estrenar su trabajo en Berlín tan pronto como fuera posible luego de terminarlo, dado que pensó que el gusto musical en Viena estaba dominado por compositores italianos como Rossini. Cuando sus amigos y financistas oyeron eso, le motivaron a estrenar la sinfonía en la misma Viena.

Esta fue la primera aparición en escena de Beethoven después de doce años; la sala estuvo llena. Nadie quiso perderse el estreno de la sinfonía y de la que se presumía sería la última aparición pública del genio alemán, y efectivamente así fue: en los tres años siguientes, se recluyó en casa aquejado de diversas enfermedades que lo postraron hasta su muerte.

Las partes de soprano y alto fueron interpretadas por las jóvenes y famosas: Henriette Sontag y Caroline Unger. Aunque la interpretación fue oficialmente dirigida por Michael Umlauf, maestro de capilla, él y Beethoven compartieron el escenario. El público terminó encantado, ovacionando a los músicos. Un testigo escribió después cómo Beethoven, que padecía ya bajo su inminente sordera, notó sólo pasado cierto tiempo los aplausos del público.

Después de la muerte del compositor en 1827, la partitura original pasó a manos de su biógrafo Anton Schindler, y en 1846, primero sólo en partes, pasó a posesión de la Biblioteca Real de Berlín. Fue en 1901, cuando la casa editorial Artaria entregó el resto de la partitura a la Biblioteca, cuando el original volvió a estar completo.

La partitura original escrita entre 1822 y 1824 se encuentra casi completa en la biblioteca situada en la alameda Unter den Linden. Sólo dos páginas del segundo tiempo se encuentran en la casa en la que nació el compositor , en la ciudad de Bonn y tres folios del final en la Biblioteca Nacional de París. El manuscrito original está repleto de tachaduras y enmiendas y por lo tanto resulta difícil de leer, por lo que especialistas lo han copiado en limpio.

Para protegerla de las turbulencias de la guerra la Biblioteca Nacional de Prusia dividió la partitura en tres partes y la ocultó en 1941 en diversos puntos de la ciudad de Berlín, para reducir el riesgo en caso de pérdida. Fue hasta 1967, después de enconadas disputas que las partes vuelven a quedar en manos de la Fundación de Patrimonio Prusiano, en Berlín Occidental. El mismo año el gobierno polaco entregó a la desaparecida RDA la parte faltante. La Novena volvía a estar unida en una ciudad, pero fue hasta 1989, después de la caída del Muro de Berlín cuando volvió a quedar unida en una sola nación.

Fuentes: wikipedia, www.dw. de, You Tube.



4 comentarios:

  1. Una gran entrada, harto interesante sobre una de mis piezas favoritas.
    Has dado datos que no sabía como la separación en tres partes de la partitura.
    Gracias por los conocimientos que aportas y un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias. La verdad es que también yo buscando información me encontré con esta gran sorpresa. Un abrazo, Paco.

    ResponderEliminar
  3. Eres una caja de sorpresas, Paco, lo de las partituras separadas por cuestiones de seguridad, no lo sabía, fíjate. Beethoven fue un genio, soy una admiradora de su música y de él como personaje.

    Muchas gracias!
    Besos,
    Blanca

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Blanca. Yo también me llevé esa sorpresa buscando la información. Es buena verdad que uno siempre aprende algo nuevo y más siendo del sordo genial. Paco.

    ResponderEliminar