lunes, 9 de enero de 2012

Las lápidas gremiales de Santa Maria a Nova, Noia (A Coruña)



(Fachada Sta. María a Nova)

Llamada también iglesia del Don, fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1973. Se edificó sobre otra más antigua por el arzobispo compostelano Berenguel de Landoira, quien la consagró en el año 1327 según inscripción en gallego que aparece en el dintel de la puerta sur. La mandó edificar como recompensa a la ayuda que recibió del pueblo de Noia  -dado que los burgueses de Santiago de  Compostela se niegan a abrirle las puertas de la ciudad- , pues tiene que regresar a la Fortaleza do Tapal, donde residen los prelados durante la época estival.

Es de estilo gótico marinero. Es un templo que está situado en el centro de la Quintana dos Mortos. La iglesia presenta una nave única muy amplia dividida en varios lugares por arcos apuntados, que sostienen la cubierta de madera a dos aguas. Pasada la reja del atrio, en el exterior se encuentra un curioso escudo desgastado: representa a un guerrero empuñando una espada contra una bestia informe. La tradición popular dice que representa al caballero Armero, que mató a la misteriosa bestia que moraba en el cementerio y devoraba todo cuanto ser viviente entraba en él.

Sobre la historia de este templete hay dos tradiciones populares: una dice que este  fue donación de un soldado del temple que regresó de las cruzadas trayendo tierra de lugares Santos, con la cual relleno el cementerio. También existe la creencia de que este monumento fue construido por un hombre en honor a su hermano, dos hermanos inseparables, monjes los dos del templo del Señor en Jerusalén. Estos hermanos combatieron contra el infiel, durante la batalla quedaron separados. El mayor de ellos buscó al otro durante siete años por tierras de moros. Después de esta larga e infructuosa búsqueda, regresó a su tierra natal  y mandó a levantar este edificio en memoria de su amado hermano. Pasaron siete años más y el hermano perdido consiguió regresar a este mismo lugar, mandando también a construir el templete sobre el cruceiro como acción de agradecimiento a su hermano.
                                                                                                                                (Retablo s. XVIII)

En el exterior del mismo hay que destacar el tímpano policromado de la puerta principal, que representa la Adoración de los Magos, y la figura del obispo Landoira de rodillas y San José a la izquierda de la Virgen. Destaca el rosetón de la fachada, fuente de iluminación de la iglesia, ya que apenas presenta huecos por donde se cuele la luz. En el interior, nos encontramos con  el retablo mayor, del s. XVIII, de estilo rococó, con paneles escultóricos e imágenes en el interior, y la capilla de los Carneiro, banqueros de los obispos de Compostela en el siglo XIV. Esta capilla se abre a la iglesia por medio de un elevado arco plateresco y    está cubierta por una bóveda en forma de concha de vieira.            

     (Baldaquino) 
                                                                                                                       (sepultura de hidalgo)
El cementerio está presidido en su zona norte por un baldaquino, llamado Cristo do Humilladoiro. Cuatro columnas sostienen un techo piramidal de piedra que da cobijo a un sencillo cruceiro, todo ello obra del S. XVI. El lugar de este cruceiro lo ocupaba una cruz de bronce, que fue llevada a la Exposición Regional de Arte Retrospectiva de 1909 y no volvió. Son interesantes los relieves de los frisos. En uno aparecen las cuatro fases de la luna. En otro, un animal herido huyendo de los perros y del cazador.


Pero  lo más atractivo, la estrella, o mejor dicho, las estrellas de esta iglesia, situada en el casco urbano de Noya, son las lápidas gremiales o laudas. Es lo más atractivo y sorprendente que tiene el templo para quienes lo visitan y nunca han oído hablar de ellas. Estas lápidas están muchas de ellas en el interior del templo como si de una exposición se tratase. Y es que realmente es eso, una extraña exposición en el interior de una iglesia, pues fuera del templo hay más lápidas de estas características. Son lápidas de piedras que hablan. Todas y cada una de ellas. Todas con un lenguaje propio. Lápidas que se salvaron de la intemperie y que ahora se exponen de pie bajo techo                                                                    
¿Y por qué hablan estas lápidas?. La vista de cada una de estas losas y sus dibujos produce una sensación extraña. Estamos terminando la Edad Media, época de escritura escasa, el pueblo no sabe apenas leer y escribir y los dibujos son una forma de comunicarse. En principio, todas datan de los siglos XIV al XIX. Algunas parecen gremiales y representan un oficio: carniceros, zapateros, carpinteros… Otras parece ser que hablan de la mar y del oficio de marinero (tienen un ancla) y otras representan figuras humanas, que en algún caso bien podrían ser peregrinos, puesto que Noya era puerto de Santiago de Compostela y a ella arribaban barcos con peregrinos que se dirigían a orar ante la tumba del Apóstol Santiago.







ame>

11 comentarios:

  1. Hermoso lugar y bello texto, Paco. Dan ganas de hacer una escapada y acercarse hasta allí para aprender de la sabiduría de la piedra.

    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Fernando. La verdad es que es un lugar que atrae. Realmente estas laudas hablan y nos cuentan una parte de la historia de la villa de Noya. Una historia muy rica, que poco a poco os iré introduciendo en ella. En la época del arzobispo Landoira era puerto de Santiago y a ella arribaban barcos con peregrinos, por eso se supone que algunas de esas piedras tapaban las tumbas de peregrinos que, por una u otra razón, no habían podido finalizar su peregrinaje. Lo mismo te deseo, Fernando. Un saludo y gracias por acercarte a este rincón de Galicia.

    ResponderEliminar
  3. Curioso, eso del "gótico marinero". Nunca lo había oído. ¿En qué se diferencia del resto de los góticos? ¿Qué es lo que le da su peculiaridad marinera?
    Por lo demás, un artículo interesante. Te vas a convertir en todo un investigador, Paco!

    ResponderEliminar
  4. Por lo que estoy viendo parece que todas coinciden en que constan de una nave de amplias proporciones dividida en varios lugares por arcos apuntados y cubierta a dos aguas. Esa es la conclusión que deduzco, pues veo que las iglesias góticas, normalmente, parece que constan de varias naves.

    ResponderEliminar
  5. Las góticas, en general, tienen las dos naves principales, que forman la cruz latina, y luego las naves laterales, más pequeñas, con las capillitas, reforzadas en el exterior por los arbotantes (en las grandes catedrales, claro) Y todas tienen cubierta a dos aguas. Los arcos apuntados son los típicos del gótico en general. Por eso te preguntaba, porque además es que no había leído ni oído eso de gótico marinero.

    ResponderEliminar
  6. Yo, desde luego,tampoco,hasta que lo leí el año pasado buscando documentación y me llamó también la atención y, por lo que deduzco, estas iglesias tienen una sola nave central y me imagino que también será por el tipo de ornamentación que tengan, como las pilas bautismales en forma de concha, por ejemplo.

    ResponderEliminar
  7. Fíjate, que cuando describo la capilla de los Carneiro, del s. XIV, digo que la bóveda de la misma tiene forma de concha de vieira. La vieira es un molusco típico de Galicia. Ahí hay una diferencia de los demás monumentos góticos.

    ResponderEliminar
  8. Veo que se ha producido un interesante debate sobre el gótico marinero... Me confieso ahí bastante poco puesta en el tema. Interesantísimo el post, francisco, e interesante el debate. Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  9. Gracias, Isabel. El debate me parece que aún lo seguiremos teniendo. Se admiten opiniones fundadas, por supuesto. Este es un templo que realmente llama mucho la atención a quienes lo visitan. Un abrazo, Paco.

    ResponderEliminar
  10. Se sabe de donde proviene el nombre de Noia? Sería interesante saberlo. Un gran artículo pero yo creo que antes de que la Iglesia se apropiara de ese terreno había un culto a ese lugar mucho más antiguo.

    ResponderEliminar
  11. Escribo en este blog 8 años y pico después muy sensibilizado con la obra de los grandes constructores (sagrados) del medievo y posterior. Según el escritor experto en el medievo Juán García Atienza y otros autores, las lápidas eran un código secreto de algunos gremios que tallaban esas lápidas como finalización de su viaje iniciático por el Camino de Santiago y su muerte iniática en Finisterre. Y toda muerte finaliza en una tumba con su lápida que dice quien eras, y en este caso en quien se habían transformado (renacido) y que tesoro que había buscado con ese viaje. El conocimiento.
    Solo un dato. La lápidas tenían siglos de antigüedad (estuvieron siempre vacía) pero la función de cementerio como tal fue a partir de Siglo XVIII O XIX.

    ResponderEliminar